Los procedimientos quirúrgicos de la tiroides se indican para pacientes con una variedad de afecciones tiroideas, incluyendo nódulos tiroideos cancerosos y benignos (no cancerosos), glándulas tiroides grandes (bocios) y glándulas hiperactivas. Existen varios tipos de operaciones de tiroides que un cirujano puede realizar, incluyendo
1) Biopsia o extracción de un bulto- quitar una pequeña parte de la glándula tiroides.
2) Lobectomía– sacar la mitad de la glándula tiroides.
3) Quitar casi toda la glándula tiroides (tiroidectomía subtotal– cuando se deja una pequeña cantidad de tejido tiroideo en ambos lados o tiroidectomía casi-total– cuando se deja aproximadamente un gramo o centímetro de tejido tiroideo en un lado).
4) Tiroidectomía total, en la cual se elimina todo el tejido tiroideo identificable.
Existen indicaciones específicas para cada una de estas operaciones. El principal riesgo de una operación de la tiroides incluye el posible daño a estructuras anatómicas cercanas a la misma, principalmente las glándulas paratiroides (que regulan los niveles de calcio) y los nervios de la laringe recurrentes y externos (que controlan las cuerdas vocales).