Consiste en la realización de unas pequeñas incisiones en la parte baja del abdomen; por las que se introduce una cámara de video con una luz potente que ilumina la zona a operar. A través de unos monitores de alta resolución los médicos consiguen ver aumentado el campo quirúrgico y trabajar en él.
Con la laparoscopia se evitan los cortes de bisturí que se realizan en la cirugía abierta o convencional, lo que ayuda a que el postoperatorio sea más rápido y con menos efectos secundarios. En lugar de hacer una gran abertura en la piel; el médico efectúa pequeñas incisiones, que miden entre 0,5 y 1 cm de longitud. Previamente se introduce gas CO2 en el interior del abdomen, para separar las vísceras abdominales de la pared muscular; consiguiendo así el espacio suficiente para poder meter la cámara y el instrumental quirúrgico en la zona. Se pueden utilizar bisturís ultrasónicos, selladores especiales de vasos sanguíneos u otros aparatos especiales.
Lo bueno de la laparoscopia es que la recuperación es más rápida y el riesgo de que aparezcan adherencias es menor, al no existir una herida de gran tamaño ni realizar movilizaciones manuales de los órganos abdominales. Asimismo también disminuye el riesgo de infección.
Beneficios que aporta la cirugía laparoscópica
Actualmente muchas laparoscopias se realizan en quirófanos inteligentes, con varios monitores alrededor de la mesa del quirófano; para facilitar la visión de los médicos que participan en la intervención.
Las intervenciones que se realizan por laparoscopia tienen muchas ventajas. Algunas de ellas son:
- El dolor postoperatorio es mucho menor y, por consiguiente, se reduce la toma de analgésicos al encontrarse bien el paciente.
- La estancia hospitalaria disminuye, al ser la recuperación más rápida.
- Apenas deja cicatriz. Las tres o cuatro incisiones se vuelven casi invisibles con el paso del tiempo.
- Esta técnica reduce el riesgo de infecciones tras la intervención.
- El tiempo de baja laboral del paciente es menor.
La laparoscopia es una técnica segura, aunque conlleva unos riesgos que hay que tener en cuenta, como la posibilidad de que se infecte la herida quirúrgica o la zona de sutura interna, que se produzca una la hemorragia o que haya una mala cicatrización de la herida.